mayo 27, 2013

Micro pensamientos


Solía tener más que solo palabras bonitas en su maletero, al chocar salieron disparados algunos abrazos y besos no dados, cayeron desparramados por la autopista, ahí murieron sin haber llegado a conocer la vida. 



Esas pequeñas nubes que cubren la desnudez del cielo, evitando una salida erótica de la luna por el horizonte.


Pequeño solo temía al paso del tiempo, y es por ello que vivió aterrado.
De una forma inimaginable entro en el laberinto de su compañía, se perdió en sus ojos, todo para encontrarse en un beso. ¡Qué beso!


Nunca me pareció tan aburrido un trago, esté no tenia historias que contar ni deudas que pagar, antes de ser consumido.


Es tan dulce, se convirtió en mi golosina favorita, ahora debo lamerla hasta que las caries del tiempo nos separen.


Cayendo del cielo se encuentran las estrellas, esperando no rasparse las rodillas.


Tan dulce que su pobre amante murió de diabetes.


La muerte arropo al anciano por la noche, él defendiéndose de la pesadilla cayo de la cama y despertó siendo un niño.


Se sentó junto a la soledad, y por fin estuvo acompañado.


Rechazada por la eternidad solo le quedo el seguir siendo encantadora hasta la muerte.


Era tanto su sentimiento, que el violín lloro al verla tocar.


Tan egocéntrica que incluso gritaba en tono de Mi.


Me gustaría caminar hacia el horizonte donde se esconde el sol, y no dejar que se aleje lo suficiente para que la oscuridad me cubra


Por el camino donde se va el sol, los colores lo siguen antes de ser alcanzados por el anochecer.


Como el primer verso de amor en el poema más bello del mundo, solo vivía cuando se le leía.


Era una dama tan falta de amor que se disfrazó de guitarra para que el joven músico la tocara.


Erase una vez una mujer vampiro que no se podía ver en el espejo, y exploto.


En esa ebriedad de recuerdos, caí al suelo pidiendo otra ronda de besos.


Arte es tu sonrisa, poesía tu voz, música tu palpitar, quieres crear música y no sabes que eres la más bella melodía.


Esta noche las nubes corren como si las persiguiera el viento.


En mis manos solo se encuentra lo no dicho, lo no escrito, esas miles de paginas que quieren volar sin saber en que árbol serán leídas.

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