Me
gustaría como el sol renacer cada mañana,
abrir tu ventana para darte un cálido beso al despertar.
Que tus ojos se acostumbren al brillo de nuestro amor,
cegarte un poco con el mismo, que dudes de lo que ves,
así la intriga hará que pienses más en lo que haré por ti,
por ti moriré cada noche ocultándome en el horizonte.
En mi ausencia llorarán las nubes para hacerte compañía,
de ellas saldrán relámpagos como flashes de recuerdos
para que no me olvides, para que no me cambies.
A las estrellas opacándolas de día les ocultaré tu belleza,
me esconderé de vez en cuando entre nubes blancas
para dejarte a la imaginación mí desnudes,
pero me asomaré solo para ver que sigues ahí,
que sigues esperando verme brillar por ti.
En mi último suspiro te daré la mejor imagen
una donde veas que mis brazos se alzan en el horizonte
fallesen en anaranjado y rojo por abrazarte una vez más
pendientes del nuevo despertar.
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