Adentrada la madrugada uno termina engullido por los sueños,
lo aprisionan en un mundo del cuál no podemos prescindir a voluntad.
Esta noche no pensaba en mirar al reloj, poco a poco fui
entrando en la boca del lobo ¿Qué me deparaba hoy esta realidad tan extraña y
liberadora?
No me di cuenta cuando caí en el sueño, pero al final supe
lo que era, mi sentido de la lógica no funcionaba igual, ciertamente creo
mundos similares en mi imaginación.
Avanzas por el tiempo, pero él no avanza en ti, da unos saltos
temibles, ¿cómo pude llegar de mi casa en la capital al pueblo donde me crié?
No hay límites físicos, la gravedad, la evolución, la lógica, el tejido espacio-temporal,
todo es moldeable a las necesidades de mi enferma mente.
Abro las cortinas y el sol de nuevo frente a mí, saludando
amablemente a las personas y con un insulto despojando la vista de la amable
oscuridad de la noche, termina la paz del sueño y comienza la pesadilla de esta
realidad.
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